viernes, 29 de agosto de 2008

La orujera de Baeza se niega a implantar un sistema de producción menos contaminante.

Tras las constantes quejas de los vecinos, debido al mal olor y a la gran cantidad de humo que desprende la orujera, ésta tendrá un plazo de nueve días (hasta el 30 de junio) para presentar posibles soluciones ante el Ayuntamiento, que le cedió un margen de tiempo desde abril. Por lo pronto, la empresa prefiere pensar en el traslado de la industria a un lugar cerca de un yacimiento, antes que asumir más gastos en no emitir partículas perjudiciales; rechazando así una de las respuestas ante el problema que habían propuesto.



El empresario-dueño de la fábrica ha afirmado que los costes de la renovación serían muy altos, por lo que la firma con el aytmto. comunicaba a la Administración local que el traslado a unos terrenos de su propiedad (en la pedanía del Puente del Obispo) zanjaría el conflicto. Aunque el primer inconveniente que provoca la nueva ubicación de la fábrica, es que la finca se encuentra cerca de Gil de Olid, un yacimiento arqueológico de gran importancia; la orujera, Delegación de Cultura y el ayuntamiento se reunirán la próxima semana para trabajar sobre dicho tema.



Los ciudadanos no admiten más plazos para que la empresa aporte alternativas al aytmto. , así que todo depende de que la Delegación de Cultura apruebe la construcción de la fábrica, que supuestamente no afectaría a la zona protegida por los arqueólogos. Un vecino baezano asegura que el empresario “tenia permiso para una almazara de aceituna, no para secar orujo que es lo que está haciendo, lo que pasa es que sabe cuando vienen los inspectores y ese día funciona menos”.